¿Por qué es incorrecto decir “lenguaje” de señas?

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`Banner sobre inclusión de la Red de Turismo Accesible Ecuador (REDTAEC). En el lado izquierdo, hay una fotografía de una persona con piel oscura que extiende su mano abierta hacia la cámara, con un efecto de desenfoque en su rostro. A la derecha, sobre un fondo verde claro, aparece el logo de REDTAEC en la parte superior. Debajo, el título 'INCLUSIÓN' en letras negras y, en un tamaño menor, la pregunta '¿Por qué es incorrecto decir "lenguaje" de señas?'. Al final, se muestra la página web 'turismoaccesibleec.org'.`

En la lucha por los derechos de la comunidad sorda, el reconocimiento de la lengua de señas como una lengua legítima ha sido una de las batallas más importantes. Sin embargo, aún persisten errores que, aunque parezcan inofensivos, minan años de esfuerzo por la inclusión y el respeto. Uno de estos errores es el uso del término «lenguaje de señas» en lugar de «lengua de señas». Pero, ¿por qué esto es incorrecto y qué impacto tiene en la lucha contra la discriminación?

«Lengua» y «Lenguaje» no son lo mismo

El error parte de una confusión lingüística común. La palabra «lenguaje» se refiere a la CAPACIDAD general de comunicarse, por lo que esto incluye al conjunto de sistemas de comunicación con símbolos, sonidos, gestos y otras formas expresivas. En cambio, una «lengua» es un sistema estructurado de comunicación con gramática propia, reglas sintácticas y léxicas específicas.

Las lenguas de señas cumplen con todos los criterios para ser consideradas verdaderas lenguas: tienen una gramática completa, estructuras sintácticas y morfológicas, y evolucionan con el tiempo. No son una mera traducción visual de las lenguas orales, sino que poseen su propia identidad lingüística.

Seguido a este concepto se derriba otro error muy grave que es denominar a las personas con discapacidad auditiva como «sordomudos», expresión que comunica que las personas sordas NO PUEDEN hablar o comunicarse. Una percepción que es totalmente falsa ya que esta comunidad tiene toda la capacidad para la comunicación pero evidentemente lo realizan a partir de sistemas alternativos, incluido aquí el idioma materno de muchas personas como es la lengua de señas, en Ecuador abreviada LSEC.

Minimizar la lengua de señas refuerza la discriminación

El uso del término «lenguaje de señas» ha sido históricamente una herramienta para invalidar la lengua materna de las personas sordas. Durante siglos, la comunidad sorda ha enfrentado una lucha constante contra la idea de que la lengua de señas no es un idioma real, sino una forma rudimentaria de comunicación. Esto ha llevado a políticas educativas excluyentes, en las que se ha obligado a las personas sordas a oralizar en lugar de permitirles desarrollar su lengua natural.

Usar «lenguaje» en lugar de «lengua» refuerza esa idea errónea de que la lengua de señas no es más que un sistema gestual improvisado y carente de estructura, cuando en realidad es un idioma tan legítimo como el español, el inglés o cualquier otro.

El impacto en la identidad de la comunidad sorda

Para la comunidad sorda, la lengua de señas es mucho más que un medio de comunicación: es un pilar de su identidad cultural. Al llamarla «lenguaje», se ignora su riqueza lingüística y su rol en la construcción de la identidad de las personas sordas. Este pequeño cambio en los términos, aunque pueda parecer trivial, es en realidad una cuestión de respeto y reconocimiento de su cultura y derechos lingüísticos.

Un cambio necesario para un turismo más inclusivo

Corregir este error no cuesta nada, pero tiene un gran impacto. Usar el término correcto ayuda a validar la lengua de señas como un idioma legítimo y a reforzar la lucha por los derechos de las personas sordas. Si queremos una sociedad realmente inclusiva, es crucial que reconozcamos la importancia de la terminología correcta y dejemos de lado expresiones que perpetúan la discriminación.

Cada vez que decimos «lengua de señas» en lugar de «lenguaje de señas», estamos dando un paso más hacia la equidad y el respeto. Porque las palabras importan, y en este caso, importan mucho.